POESÍA ESCOGIDA. 2002.

Este tomo, publicado por la prestigiosa editorial: El Toro de Barro, Cuenca, 2002,   exquisitamente prologado por Amador Palacios, licenciado en Filología Española, poeta, ensayista, traductor,  conferenciante, crítico literario del diario:»ABC», en la edición de Castilla-La Mancha y  estudioso de la poesía española y buen conocedor de la obra «brotonsiana», autor de la selección de poemas y del estudio introductorio, que antologa los poemarios publicados de J. Brotóns e incluye 3 poemas inéditos.

Escribe Palacios, en su preámbulo a «Poesía Escogida»: “Las líneas temáticas de la poesía brotonsiana están indicadas explícitamente en los propios títulos de sus libros, que incluyen vocablos, guías de esta situación temática, como máscaras, desamor, amor, deseo, soledad, belleza, reencuentro; haz temático conducido en unos cuantos símbolos muy constantes, entre los que se cuenta el espejo, la luna y el caballo, con respeto a este último, Pedro Antonio González Moreno declaraba que en la poética de Brotóns “el caballo se convierte en símbolo de la sexualidad masculina, en imagen de la virilidad febril, de la pura energía sexual apasionada y dominante”, imagen que “puede teñirse a veces de irracionalismo o puede metaforizarse con una finalidad meramente estética, pero habrá siempre en él una alusión más o menos recóndita al sexo…”

Carlos Morales, poeta, crítico literario y editor, escribió para la contraportada de:»Poesía Escogida»: «La marginación, las tabernas y la poesía homoerótica al fondo -circunstancias de las que dan fe libros tan característicos como Poemas para los muertos (1977), Poemas del amor ambiguo (1983) o Rosas Negras (1998)- han convertido la poesía de Joaquín Brotóns, nacido en Valdepeñas en 1952, en una de las más singulares de la literatura manchega contemporánea .

La presente selección, preparada y comentada por el poeta Amador Palacios , recoge los poemas más significativos de una obra que se alza «en plenitud hedonista» (Carlos Murciano) como un «inconfundible estallido de la verdad» (Vicente Núñez), propio de «un poeta audaz y comprometido con sus propias ideas» (Francisco Nieva) y de una voz, en fin, que «ha tenido el valor de desnudarse» (Matías Barchino) como sólo puede hacerlo la de un poeta «raro» y «verdadero» (Luis Antonio de Villena).

 

Vuelve amor, amor mío.

Vuelve amor, amor mío,
regresa a la raíz, a los lares o pagos
de la infancia dorada,
a la luz cegadora de la tierra materna,
al silencio sensual y cálido
de las viejas bodegas centenarias
de nuestra ciudad, en las que tantas veces nos amamos.

Vuelve amor, amor mío, regresa.
Aún nos queda tiempo para el amor.
Vuelve. Y no te preocupen los comentarios
de lugareños maliciosos,
los insultos de la gente baja.

Vuelve amor, amor mío, regresa.
Aún queda tiempo para el amor.

Ganímedes.

Para Joaquín Morales Molero.

Trabaja en una discoteca de una pequeña ciudad de provincias.
Y es amable, cariñoso, cordial, tierno.
Sus cabellos son morenos, sedosos, finos, como lluvia de cava
que se despeñara por una catarata de pétalos de rosas.
Y los ojos de un dulce color miel,
llenos de alegría, de luz, de embrujo y misterio.
Los labios sensuales, vivos, apasionados, ardientes,
con deseos y esperanzas de nuevas aventuras…
Y la piel muy cálida, casi abrasadora, volcánica,
perfumada con aromas del mediterráneo.

Muchacho, joven amigo,
espero que no te hundas en la mediocridad,
en su río dorado de espumas putrefactas.
Tú has nacido para alcanzar la luna y el sol con las manos,
para bañarte desnudo, coronado de laurel y mirto,
para volar sobre encrespadas olas escarlata, beodas de hermosura
marinera y viril, dotadas de torsos alados, esculpidos
en piedra, mármol, bronce, oro, plata.

Joven copero, hermoso mancebo,
tú has nacido para ser dibujado, inmortalizado por las
manos sagradas de un verdadero artista y amante de la belleza
griega, efébica, como Joaquín Morales, que te coronorá con
dionisíacos racimos de placer.

Noche negra.

Para Amador Palacios y Carlos Morales

Una vez más el amor ha huido en un potro salvaje,
en un caballo blanco y negro de crines plateadas,
desbocado por el ciclón del deseo,
por la locura y el fuego abrasador e incandescente
de una pasión oscura, turbia, proscrita,
prohibida por la sociedad moralista.

Una vez más has sufrido la humillación y el fracaso
de un desengaño amoroso, la sucia y enmohecida navaja del
desamor ha herido mortalmente tu viejo corazón.

Una vez más has vuelto a hundirte en el pozo negro de la
depresión, en la ciénaga de la angustia, en el profundo
féretro de la desesperación…,
en el callejón sin salida del alcohol, en el que, cual Verlaine
ebrio, en la noche alta, fría, abandonas las sórdidas tabernas
en busca de tu amado Rimbaud, que ya nunca volverá,
nunca regresará a tu lado.

Una vez más la soledad ha sido tu fiel amante,
tu única compañía.

Autor: Joaquín Brotons Peñasco

Poeta, crítico de arte y literario, y narrador Español.

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